Hoy encontré una manera de alejarme de mi falta de motivación para salir adelante. Estoy segura que las cosas no pasan por casualidad, sigo pensando que son las señales que Dios esta enviando y por algún motivo estoy tomando conciencia de ello en este momento.
Cuando yo deje de estar masticando mis impotencias y enfoque todas mis fuerzas en ayudar a otra persona, ocurrió algo mágico: por una hora me olvide del problema mientras me concentraba en generar posibles soluciones, y sin pensarlo me vi dando ánimos y fuerzas a quién lo necesitaba.
Me vi llenas de energías y convicciones, como si nunca hubiera estado abatida.
Cuando se envía buenas intenciones, vuelve multiplicado en magnífica energía positiva.
Esa fue la magia que conocí en este maravilloso día!
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